Queridos primates, me gustaría hablar de las abuelas, esos seres humanos que viven con un sistema de medida y de cantidades distinto al resto de la humanidad, ahora me explico:
"A VER NIÑO, ¿TU VAS A REPETIR PLATO DE MACARRONES NO?"
No abuela, no voy a repetir plato de macarrones ni ahora, ni mañana, ni en otra vida, he comido macarrones como si no hubiera un mañana y aunque ahora mismo tenga buena cara, te puedo asegurar que por dentro estoy roto y llorando de dolor...
Si amigos, algunas abuelas a parte de perder el control sobre su vejiga también pierden el control de las cantidades de comida. Al menos la mía sufre de lo segundo! Y os puedo asegurar que cuando llega Navidad mi abuela puede ser el ser más peligroso del mundo...
Tengo la teoría de que si duplico a mi abuela muchas veces -hasta tener millones de abuelas- y les doy una olla de macarrones a cada una, podrían cargarse al ejercito más temible del planeta. O al menos los harían engordar tanto que ya no llegarían ni a atarse los cordones de las botas!
Pues eso, ¡que vivan las abuelas y las veces que nos ponen comida de más!
Uh uh, ah ah!
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